viernes, 30 de enero de 2009

El accidente de la patria

Uno no elige donde nacer. La patria nos es dada como un hecho azaroso, como todas esas grandes casualidades que determinan la propia vida, capaces de volverla magnifica o miserable. Con mucho de fortuna para unos, una madre abnegada, esa encarnación humana de la bondad y de la entrega, es más que una representación, es una realidad que llena de sentidos la existencia del hombre. Para otros sin embargo, la madre es una ausencia, un gran vacío que marca y acompaña el curso de la vida. Cosas del destino que influyen en todas y cada una de las esferas de nuestras acciones, y sobre las que perversamente, nosotros, no tenemos poder de elección o decisión.
Puede ser tan dramático el desamparo de un ciudadano, hijo de un país fallido, como el de un niño abandonado a quien el vientre y la sangre prestados para el nacimiento no son suficientes para una existencia.
Conceptualmente, la palabra país se refiere a una área geográfica, a una entidad independiente, una constitución, un grupo humano y tantas otras cosas más; cosas que escribirán como un sello indeleble el lapso de tiempo que dure nuestra historia en el mundo, una historia que se cuenta en nuestro interior como un secreto silencioso e intimo porque se trata de nuestras vidas en todas sus formas. Nuestras escuelas, es decir nuestra educación; nuestros hospitales, es decir nuestra salud; nuestros parques, es decir nuestro ocio; nuestras ciudades, es decir nuestras casas; nuestra economía, es decir nuestros trabajos; nuestros recursos naturales, es decir nuestras oportunidades, todo dependerá de ese “paisaje”, que organizado en pos de la razón asegurará nuestro bienestar y nuestro progreso. Es una cuestión de fortuna sí, o de infortunio según la suerte y perspectivas de cada uno, el haber nacido en este y no en otro canto de la tierra.
No elegimos donde nacer, pero una vez venidos al mundo nos transformamos en un sistema de elección y todo lo que hagamos se reduce a la simple formula de la apreciación: la de aceptar o despreciar. Esta arma preciosa que nos regala la vida, bien puede ser una salvación o nuevamente, una siniestra trampa.
Felicidades a Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija, departamentos en los que el pasado domingo ganó el
NO.
Felicidades a todas las personas que al votar por el NO, expresaron su voluntad de mejorar y de influir positivamente sobre el país en el que simplemente, les tocó nacer.

3 comentarios:

  1. si nación es un conjunto de personas con los mismos usos, costumbres, cultura, idioma, bolivia deja de ser una nación, Bolivia fue un invento de Olañeta, incluso en contra de la voluntad de Bolivar que quería la Gran Colombia y tambén en desconocimiento de los habitantes en ese entonces de SCZ, ya que los diputados "cruceños" que votaron por BOlivia no vivian en SCZ y el que vivía llegó recien el 9 de agosto cuando todo estaba hecho.

    Muy buen post.

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  2. A mi me encantaba Bolivia... hasta que derepente vino octubre 2003, el mas de un momento a otro y sin votación alguna en el poder e imponiendo su plan de gobierno, que ganó otro plan de gobierno las elecciones de 2002. ¡macanas! Ahora se estaba con un gobierno que habia ganado su derecho por las calles y la fuerza de la masa. Y todo esto con el beneplacito de todos lo bolivianos. Mentira, no de todos. Santa Cruz se levantó y dijo ¡NO! Nosotros queremos vivir en libertad. Ahora creo que definitivamente lo que quieran vivir como aymaras que se vayan a La Paz, lo que queremos vivir en libertad, pues acá en Santa Cruz se puede.

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  3. Andrés:
    Muchas gracias. Así es, creo que la historia también comprueba que nuestra patria es un accidente.
    Anónimo:
    Estoy de acuerdo, hicimos muy mal en aceptar y dar por natural la ilegalidad. Un grave error, cuyas consecuencias pagaremos toda la vida.

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