En el lado opuesto de la gobernabilidad

Según un informe del Banco Mundial, Chile es líder de América Latina en anticorrupción y buen gobierno. De acuerdo con el mismo informe, Venezuela y Bolivia se encuentran en el lado opuesto.

Adivinanza

No son personas. No son alimentos. Tampoco objetos.
Son dos países.
Aparentemente son opuestos, radicalmente contrarios… Pero pensándolo bien resultan ser más que “igualingos”, exactos.
Uno tiene una historia muy antigua y en él se habla persa. El otro tiene una historia menor y su población habla español.
El primero tiene clima seco. El segundo tropical.
En uno de los países las mujeres se cubren con velos. En el otro, muestran sus escotes.
En ambos casos, los gobiernos son intolerantes, igualmente represores.
Los dos gobernantes prometieron luchar contra la pobreza, acabar con la corrupción. En ambos casos se formaron nuevas elites y se generó más corrupción.
Uno quiere controlar el Líbano. El otro, a Bolivia.
Los dos se dicen democráticos cuando lo que quieren es perpetuarse en el poder.
En ambos países una vasta población de espíritu libre no se identifica con sus conductores y sale a la calle a pedir pacíficamente que se le escuche.

Un artículo de MOISÉS NAÍM publicado hoy en el periódico El País trata brillantemente este tema.

Los valores republicanos molestan al MAS

No se trata tan sólo de que el nombre de República de Bolivia incomoda al partido de gobierno, sino que son los propios valores republicanos los que perjudican los intereses masistas.
En efecto ¿qué tiene que ver la conducta del partido oficialista con los elementos que definen el concepto de “república”?
El presidente E.M. se ha cansado de decir que él no será un inquilino más de Palacio Quemado, más bien pretende volverse su “patrón” por un tiempo indefinido. Este hecho no podría más que parecernos anormal porque vivimos en una República, en la que el poder es confiado a una persona por un tiempo dado. Está claro que para Evo y compañía, este habito republicano llamado “mandato” es molestoso.
Pero no sólo corre riesgo la periodicidad del mandato. Son tantos los valores republicanos que por ser opuestos al proyecto masista están siendo eliminados. El de la soberanía de la ley es otro ejemplo. Hace mucho que E.M. se siente superior a la ley. La misma Constitución de Oruro que nos arrebata la República, es fruto de la ilegalidad.
La separación y control entre los poderes también molesta al oficialismo, por eso el empeño por debilitar, prácticamente anular al poder judicial.
Ni que se diga del ejercicio de la ciudadanía, de la tolerancia hacia ideas opuestas, son valores de otros tiempos, valores de la República…
En definitiva, un gran abismo separa a la vida republicana de aquella del famoso Estado Plurinacional: éste último se encierra en sí mismo, divide y opone, representa conflicto. La República se abre hacia lo universal, el ciudadano se integra y se reúne en torno a un proyecto colectivo. La República es participación, igualdad, integración y universalismo.