martes, 24 de febrero de 2009

Demasiado optimismo

Hace calor. Espero bajo el sol a que pase el micro que ha de llevarme a mi destino. Cuando llega, subo al vuelo porque el motor suena ronco y amenazante, un código que en el mundo del trasporte público significa: “¡apúrate que tengo que marcar tarjeta!”. Con poco de simpatía y mucho de rudeza, el chofer estira la mano para ser pagado.
He tenido fortuna, hay poca gente y puedo moverme con facilidad en el estrecho espacio. Me siento. El forro del asiento está cortado y de su interior brotan unas esponjas amarillas. Bajo la mirada y percibo que mis pies reposan sobre unas laminas de madera que sirven de remiendo para cubrir un hueco que el tiempo y el uso han dejado en el suelo. Mientras compruebo el color oxidado de los hierros, una serie de pensamientos me asaltan: el “Estado plurinacional”, una duda: ¿será que recomenzará el calvario de las colas en busca de GLP y de diesel?, el gobierno dice que la culpa de la corrupción en YPFB es de los gringos, las declaraciones de Álvaro García Linera sobre la necesidad de acostumbrarme a ver tropas en las calles del país…De pronto, el barullo de la calle me devuelve a la realidad del micro. Desde la ventana veo a un grupo de carnavaleros en una caravana por la diversión. Pienso, ¡que optimismo!…

lunes, 16 de febrero de 2009

Mestizo

La nueva CPE reconoce como nación y pueblo indígena a toda colectividad cuya existencia sea anterior a la conquista española; señala como idioma oficial, además del castellano, a una serie de lenguas indígenas, en un esfuerzo artificial y forzado por desconocer el tejido de nuestra propia sociedad, el hombre boliviano del siglo XXI: el mestizo.

Heredero de la fusión entre lo hispano y lo nativo, el mestizo conforma ya una nación, que gracias a la combinación y unión de culturas mira hacia el futuro, porque como señala el sociólogo Serge Gruzinski, el mestizaje está íntimamente ligado a la modernidad.

Nuestro pasado precolombino no ha quedado intacto y puro, como un espacio embalsamado, protegido del tiempo. Paradójicamente, la defensa fundamentalista de la identidad niega su verdadera esencia: aquella que la define como una construcción conflictiva entre el ayer y el mañana, como una constante escritura de transformaciones que en nuestra pequeña historia hace que seamos nosotros mismos.

Ahora bien, el acento que el oficialismo hace en la diferencia cultural pareciera responder a una abusiva intención de instrumentalización de lo étnico. En su reciente visita a Moscú, Evo Morales declaró mostrarse sorprendido ante el buen recibimiento que se le hacía a un indio. Una vez más, Morales niega su identidad mestiza, o por lo menos la obvia. ¿Será distracción, error histórico o complejo? Puede que se trate de una calculada estrategia política a fin de vencer los embrollados juegos del poder.

viernes, 6 de febrero de 2009

Caraparicito

Tuve la oportunidad de conocer Caraparicito algún tiempo atrás. La hacienda se encuentra a 20 kilómetros de la población de Lagunillas. Un pasto de un verde intenso se extiende en su entrada a la manera de una alfombra. El vivo color de su naturaleza contrasta con la serranía árida y gris que la cobija. Gracias a la dedicación de sus propietarios y trabajadores, Caraparicito compone un paisaje excepcional para las duras condiciones del desértico Chaco.
En ese entonces, eran 18 las familias que vivían y trabajaban en las tierras de la hacienda.
Recuerdo a la escuela que funciona en ella, y que brinda educación a los hijos de sus trabajadores, lejana de las motivaciones que el gobierno alega para justificar la confiscación de tierras. La mañana que pasé allá, la escena del grupo de alumnos reunidos con su maestro, discrepaba una vez más con el abandono del sufrido Chaco.
La propiedad conserva la casa original con la que fue fundada durante el siglo XIX. Lo comprueban los cimientos de sus anchos muros y la elegancia de sus altos techos. Según los trabajadores, por sus alrededores se pasea un fantasma, el de Octavio Padilla, su ex propietario. El cuento fantasmagórico se contó, la noche que pase allá, al calor de una fogata. Fueron los propios trabajadores quienes resucitaron a Padilla, y entre las figuras trémulas del fuego, contaron que en un pacto con el diablo había perdido su alma a cambio de 22 haciendas. Su preferida, dijeron ellos, no podía haber sido otra que Caraparicito. Cuando el relato se interrumpió, empleados y visitantes se dieron al canto.

martes, 3 de febrero de 2009

El enemigo público

Cómo hará la retórica chavista y con ella, la de los dirigentes populistas de América latina para valerse de un discurso antiimperialista, fundamentalmente anti- yanki, ahora que el “imperio” está conducido por un hombre que goza de la simpatía y aprobación de millones de personas en el mundo entero. Ahora, que después de mucho tiempo, un político se perfila como un verdadero líder capaz de levantarle los ánimos y devolverle la esperanza no sólo al pueblo americano, sino a una colectividad planetaria que escucha atenta sus palabras y en ellas encuentra sentidos y significados.
Cómo hará la retórica chavista para sustituir a George W. Bush, ahora que el propio Fidel Castro reconoce en Barack Obama un hombre de buenas y sinceras ideas, mensaje transmitido al mundo con bombos y platillos por la presidente argentina Cristina Kirshner, afectada más que por el mensaje, por su condición de portavoz del doliente y apartado cabecilla del régimen cubano; afanada por difundir además de la gran revelación, una foto como prueba palpable de su entrevista con Fidel y unos confusos y borrosos recuerdos sobre la ropa que llevaba Castro en el momento de su entrevista.
Cómo hará la retórica Chavista para darle cuerpo a sus vacíos discursos, carentes de ideas, apoyados en una pomposa palabrería de denuncias y ofensivas hacia el “enemigo público”, ahora que Mr. Obama tiene la piel tan oscura como cualquiera de los mulatos y negros que pueblan la América latina, hecho de poca importancia frente a la inteligencia y meritos del líder estadounidense, pero de una gran relevancia en la lógica populista de quienes nos gobiernan.
Cómo hará la retórica chavista en su acometida diaria contra el “enemigo público”, ahora que tiene como nombre Barack Hussein Obama.