miércoles, 8 de julio de 2009

De paradojas e hipocresías

Resulta que ahora son demócratas. Los mismos que se empeñan arduamente en destruir la institucionalidad en sus respectivos países, los mismos que a base de ilegalidad han pasado por encima de sus constituciones, ahora se proclaman defensores de la democracia hondureña.
Es una verdadera lastima que Honduras no haya encontrado una salida acertada, apegada a las leyes y a la democracia para defenderse de este nuevo invento latinoamericano: el golpe institucional desde la propia institución presidencial.
Como diría el escritor Manfredo Kempff, en este cuento de realismo mágico escrito desde nuestra región, todo cabe.

3 comentarios:

  1. Pese haberse visto ante la necesidad de apelar a un cuestionable recurso de fuerza, los demócratas de Tegucigalpa han hecho pasar un poderosísimo mensaje a toda América y el mundo: “El voto popular no incluye una licencia para delinquir, y todo esfuerzo para gobernar por el bien común debe estar dentro del marco de la ley”. La surrealista imagen de un Presidente depuesto intentando vanamente aterrizar en su país, seguido por un avión con los apandillados presidentes de Argentina, Ecuador y Nicaragua, todos depositarios de los recursos que distribuye Chávez luego de sonsacárselos a los venezolanos, antes que tener la apariencia de un relato de García Márquez es la evidencia de la impotencia de la sin razón populista en un mundo que legítimamente busca soluciones a sus problemas de pobreza y exclusión

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  2. bueno entonces aca apelaremos tambien a un cuestionable recurso de fuerza para desterrar de una vez a los terroristas y separatistas que impiden el desarrolo del proceso de cambio y de paso hacemos otro esfuercito mas para aplicarle tambien otro recurso de fuerza(cuestionable pero necesario) a el perro faldero del goni.

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  3. Sin duda, “el voto popular no incluye una licencia para delinquir” y no puede haber nada más bajo que servirse de él para pisotear las mismas leyes que otorgaron poderes a esos “¿servidores públicos?” que las atropellan. Es una especie de burla que subestima la inteligencia de los electores. Pero creo que el “cuestionable recurso a la fuerza” debe sustituirse por un recurso de legalidad. Así aquella defensa de la democracia podrá ser entendida en toda su nobleza.

    Un abrazo.

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