martes, 31 de marzo de 2009

El cerco

Los más diplomáticos prefieren llamarle vigilia. Lo cierto es que se trata de un cerco, y esto es extraño, es oscuro. Pero es mucho más extraño que se haya convertido en algo tan natural en nuestra vida. Tendríamos que sorprendernos porque estar cercados o cercarnos mutuamente no es normal.
No es normal a pesar de que el lenguaje periodístico defina elegantemente a esta singular medida de presión: “Los movimientos afines al MAS deciden aplicar un cerco al congreso”…
Tampoco es normal que el “cerco” merezca la atención del partido oficialista en el propio Palacio de Gobierno donde parlamentarios del MAS se reúnen con sus “organizadores” para ponerse de acuerdo sobre los detalles que les atañen.
Mucho menos lo es que el vicepresidente de la Republica module la intensidad de las amenazas del cerco según las necesidades y conveniencias del gobierno a vista y paciencia de todos. Luego de tanta declaración nos queda claro que el cerco estará allí donde tenga que estar, pronto a levantarse cuado la escena política lo requiera.
Por otra parte, la palabra “cerco” en si misma es tan negativa: asedio, bloqueo, asalto, ataque…
Definitivamente, no es normal.

1 comentario:

  1. y a ese cerco se suma un contracerco de productores de ropa (supuesta mente la cpe protege a la microempresa) y de los importadores de autos usados.

    al final la misma gente se va a desbordar y si evo no es lo suficientemente rapido para escapar a Cuba o Venezuela acabará en un poste...

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