lunes, 27 de abril de 2009

El caos y el anti progreso

Si el orden permite una condición de tranquilidad, de sosiego necesario para que una sociedad pueda progresar, el desorden hace todo lo contrario. Es decir, crea un desgobierno absoluto.
Lejos de llevarnos a una meta diseñada por la razón, el caos nos arroja en este escenario de torpezas, de absurdos e irracionalidades que es Bolivia.
El “desgobierno” no respeta las leyes, los acuerdos internacionales, los protocolos y mucho menos, el buen criterio. ¿Para qué? La desorganización no se vale de tan nobles instrumentos. Le basta simplemente con pasar de ellos, o peor aún con pisotearlos con arrogancia y atrevida ignorancia para erguir su imperio de lo imprevisible. Y vivir sin saber a que atenerse es terrible…
Tan terrible como morir en medio de la noche, desprevenido entre el sueño y el descanso, victima de improvisos balazos como murieron tres personas el pasado 16 de abril en el hotel Las Américas de Santa Cruz.
Pedirle al “desgobierno” que entienda que todo sospechoso es inocente hasta que un juicio justo compruebe lo contrario es pedirle peras al olmo.
Así como inútil es exigirle al “desgobierno” que respete el derecho a la vida, un derecho inherente a la persona: “nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente", dice el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Inútil porque en el caos, la vida civilizada que va hacia adelante con progreso, con respeto y con inteligencia no cabe.

3 comentarios:

  1. Concuerdo plenamente en tus apreciasiones. Hay un afan de persecución por parte del gobierno.





    Cambiando de tema:

    ¿Recuerdas que una vez le prestaste un librito de cuentos de Chejov a un par de amigos?

    Bueno, uno de ellos te escribe.
    Gusto encontrarte de nuevo.

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  2. dale poder a una persona y sabras realmente como es...

    lastimosamente como dice Orwell, no se hacen dictaduras para salvaguardar una revolución, se hacen revoluciones para salvarguadar dictaduras.

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  3. Hola Pike.
    Para mi también es un gusto volver a encontrarte. Que tal todo? Claro que me acuerdo del par de amigos a quienes presté el librito de Chejov. Te gustaron los cuentos?
    Espero volver a verte por aquí…

    Andrés:
    Es cierto. Pero nuestro caso es muy irónico porque no ha sido una revolución la encargada de darle poder a la dictadura vigente, sino la propia democracia. Se sirvieron de ella para hacerse con el poder y ahora la siguen usando para enmascarar su verdadera política.
    Un saludo.

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