sábado, 23 de mayo de 2009

Contra la corriente

Extrañamente, nuestra única voluntad como país es la de ir en contra de la corriente, ser la excepción a toda costa, dejar que los demás vayan hacia adelante, y nosotros, tomar la dirección contraria. Sólo que en un mundo de interdependencias, esto resulta difícil y las consecuencias de esta postura van más allá de nuestras fronteras. Por ejemplo, nuestras actitudes en lo que a la Comunidad Andina de Naciones se refiere, muestran que Bolivia no sólo está esforzándonos para hacer que el país sea lo más inviable posible, sino que también está obstaculizando con mucho empeño el proceso de integración andino.
Lo que parece que ignoramos es que Bolivia podrá automarginarse, si así lo desea, de las negociaciones que lleva adelante la CAN con la Unión Europea, sólo ella será perjudicada con su aislamiento; el bloque andino por su parte, continuará su camino hacia adelante, negociando acuerdos comerciales en el plano internacional.

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